Ese viaje placentero

Deambulando y viajando, el mundo te recibe anesteciado. La calma de la carretera relaja y apasiona, a lo lejos se puede apreciar un espejismo, un incierto destino. La brisa acompaña y seduce. Comiendo grisines y escuchando Travis, el deseo de llegar se fracciona y mi unico anhelo es descontar minutos del agotador dia, que pronto pasaran a ser meses, años, decadas. Mis ilusiones juegan un papel importante en el trayecto, el sueño de hacerme cancion por un instante empieza a tomar sentido, mi otro yo se toma franco, solo somos vos y yo dulce viaje. Nunca podre saber que se siente viajar con un rumbo especifico, vivire condenado a la interrogacion, al viaje enfermizo, a la adivinanza, a la necesidad de lo melancolico, pero aprendere a valorar esos vaivenes inutiles que aceleran el cambio, ese cambio que nadie quiere ver, pero que te ayudan a crecer. La necesidad de mostrarte libre en esos caminos asfaltados, de conocer y gozar, de empezar a vivir los diferentes lugares paradisiacos que ofrece la vida, esa vida tan injusta a veces, pero tan agradable y humana que no hace mas que enseñarnos el camino de la felicidad sin necesidad de atajos. Viajar por viajar es vivir por vivir. Viajar por placer, es vivir con placer.