Recuerdo...

Recuerdo aquella afortunada tarde de octubre.
Recuerdo la energía de tus ojos azulados que endulzaron mi acidez.
Recuerdo aquel perfume frutal que danzaba en tu suave piel.
Recuerdo tus labios de una manera extremadamente codiciosa.
Recuerdo con encanto tu hermoso cabello rubio y ese flequillo sofisticado.
Recuerdo el tono de tu voz más que a mi propia voz.
Recuerdo esa sonrisa que supo cederme paz y armonía.
Recuerdo tu andar y disfruto perderme en el.
Recuerdo tus suspiros con melodías más suaves que la brisa del amanecer.
Recuerdo tu mirada como la entrada al mundo celestial.
Recuerdo tu distinguida elegancia y me siento un torpe enamorado.
Recuerdo tu serenidad y mis latidos se reproducen en un mar de utopias.
Recuerdo tu belleza y no puedo evitar caer en la tentación de volverte a ver.
Recuerdo tus palabras y siento un vacio globalizado.
Recuerdo tu despedida disfrazada como un simulacro a la agonia.
Recuerdo lo que no fuimos y lo que no seremos.
Recuerdo lo que no tengo que recordar.
Recuerdo… Y quisiera no recordarte.